Cuando dicen que el cuerpo no miente tienen algo de razón. No importa qué tanto intentes ignorar lo que te afecta, poner la mente en blanco y luego guarecerte en tu propio universo, él tiene algo que tú no, un sistema completo y conectado que enviará las señales necesarias para que le tomes atención. Puede ser un pequeño dolor de cabeza que comienza una mañana cualquiera, retorcijones en el estómago antes de un momento crucial o incluso esa incapacidad de dormir sin importar la hora que sea o lo cansado que estés. Estas pequeñas señales tienen una función en común: pedirte que te pares un momento. Escucha lo que tu cuerpo tiene que decir antes de seguir exigiéndole más de lo que puede darte. La poción rosa te obligará a hacerle caso a lo que estás sintiendo, aunque sea por una vez. ¿Quieres dejarte fluir por sus utilidades? Solo guarda silencio, un momento. Él puede hablarte.

Nos gustaría saber de esa vez en la que tu cuerpo se cansó de gritar para que le hicieras caso, cuando llegaste al límite del hartazgo y tuviste que tomarte un momento para ti. Si no, ¿por qué no nos dejas saber cómo son tus advertencias? Un poco de mareo, quizá un retorcijón, las primeras señales que te aquejan cuando comienzas a sentirte agobiado.